La organización europea que agrupa a los agricultores y cooperativas agrícolas, Copa-Cogeca, ha declarado que las propuestas presentadas por la Comisión Europea para el próximo Marco Financiero Plurianual (2028-2034) y la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) contienen al menos diez condiciones que consideran inaceptables. La entidad advierte que, de no modificarse sustancialmente el texto, trabajará para impedir su aprobación.
Por encima de todo, y junto con los demás actores de la cadena agroalimentaria, Copa-Cogeca ha pedido que se reconozca que sin un enfoque común y seguro hacia la agricultura, no puede haber estabilidad duradera ni para los agricultores, ni para toda la cadena ni para Europa.
Para las cooperativas agro-alimentarias europeas, la seguridad alimentaria debe seguir siendo una prioridad política de primer orden en tiempos tan inciertos, en los que la seguridad en general es una preocupación clave para la Unión Europea. “La agricultura no puede ser marginada en las prioridades de la Comisión ni tratada como una variable de ajuste. Por ello, consideramos que el enfoque adoptado por la Comisión representa un error estratégico e histórico”, afirman.
Por primera vez en más de 60 años de compromiso con la política agrícola, las organizaciones agrarias europeas consideran estas propuestas inaceptables y no pueden respaldarlas. Según Copa-Cogeca, las diez líneas rojas que se están traspasando son las siguientes:
Una estructura propuesta del marco financiero plurianual que contradice las disposiciones del Tratado. Al integrar la PAC en un Fondo Único, la Comisión socava las disposiciones del Tratado de la UE y la propia estructura que salvaguarda la seguridad alimentaria de Europa.
Un 20 % menos de presupuesto para la PAC, que no responde a las necesidades ni a las ambiciones. La agricultura está en primera línea de las transiciones en un contexto cada vez más incierto. Sin embargo, estos recortes reducen el apoyo agrícola a menos del 15 % del gasto total de la UE, completamente desconectado de las realidades económicas, sociales, geopolíticas y climáticas actuales.
Un gran paso atrás en la historia de la UE: la erosión del carácter común de la PAC. Copa-Cogeca teme que la propuesta impulse una excesiva transferencia de competencias a los Estados miembros, lo que fracturaría la “C” de “Común” de la PAC, debilitando el mercado interior y generando desigualdades entre estados.
El fin de la estructura de dos pilares de la PAC elimina la complementariedad y la previsibilidad. La fusión del FEAGA y el FEADER en un Fondo Único, reservando solo una parte del apoyo de la PAC, sacrifica el desarrollo rural, la inversión, la competitividad, la sostenibilidad y la cohesión territorial.
Una aplicación que generará más complejidad, carga administrativa y costes. Copa-Cogeca advierte que en lugar de simplificar, el enfoque de un “plan nacional único” provocará una reorganización administrativa masiva y costosa, así como una mayor complejidad en la estructura y el proceso de toma de decisiones, añadiendo más confusión e incertidumbre para los agricultores y las cooperativas.
Un marco de ingresos irrealista que pone en riesgo un enfoque común a nivel de la UE. La introducción de niveles de cofinanciación diferenciados y un uso más amplio de las contribuciones financieras adicionales de los Estados miembros para medidas que actualmente se financian al 100 % con fondos de la PAC, pone en peligro los ingresos de los agricultores, distorsiona la competencia y provoca la pérdida del carácter común de la política.
Herramientas rígidas que no respetan la diversidad de nuestra agricultura. Un planteamiento incoherente del apoyo a la renta basado en superficie —mediante degresividad y limitación de pagos (capping)— ignora la necesidad de apoyar a todos los agricultores que contribuyen genuinamente a la seguridad alimentaria.
El refuerzo de la posición de los agricultores en la cadena alimentaria se ve socavado. Más sectores se verán obligados a competir por menos recursos en los programas operativos, mientras que la flexibilidad para aportaciones nacionales adicionales corre el riesgo de generar disparidades entre los agricultores, cooperativas y organizaciones de productores de la UE.
Una regresión en el proceso de consulta de la UE. Copa-Cogeca considera totalmente inadecuado el método seguido por la Comisión -sin una consulta adecuada, sin opciones de política y sin evaluación de impacto- en la preparación de esta reforma.
Erosión de la autonomía estratégica de la UE y aumento de nuestra dependencia exterior. Al no garantizar su sector agrícola como piedra angular de esa seguridad mediante una política agrícola fuerte, común y bien financiada, la UE pone en riesgo su autonomía estratégica.
“El 16 de julio la Comisión cruzó demasiadas de esas líneas rojas, planteando así una amenaza existencial para nuestros sectores, para la integridad del mercado único y para la seguridad alimentaria de 450 millones de europeos”, advierten desde Copa-Cogeca, que añaden: “En lugar de recibir propuestas concretas que implementaran una visión clara y un rumbo definido, se nos ofrecieron grandes discursos y una acción política que apuntan en la dirección contraria”.
El contexto de esta petición sectorial se da además en un momento de elevada volatilidad en los mercados agrícolas, tensiones geopolíticas, costes crecientes para los productores y “una montaña de retos” en materia de sostenibilidad.
En los próximos meses se espera que la Comisión presente los textos definitivos de los programas de inversión bajo el nuevo marco financiero. La presión de Copa-Cogeca, así como de otros colectivos agrícolas europeos, será intensa. El sector insiste en que está en juego no solo la competitividad de sus explotaciones, sino también la soberanía alimentaria y la estabilidad del medio rural europeo.





