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Social Economy News

La actualidad de la Economía Social europea

Universidad y Economía Social, hacia un emprendimiento con conocimiento y valores

Por Juan Julià, CEGEA Universitat Politècnia de València, Presidente de la Red ENUIES (CIRIEC-España), vicepresidente adjunto de CRUE-Universidades Españolas

Está bien claro que las economías más avanzadas en el mundo son aquellas en las que en sus actividades productivas hacen un uso más intensivo del conocimiento, y la pasada crisis de 2008 mostró también que son también las que presentan una mayor resiliencia, del mismo modo que una pérdida de valores contribuyó a la misma, como nos alertaba el Premio Nobel Joseph Stiglitz en su obra ‘El malestar en la globalización’, ya que puede conducirnos a que el imperio de la sinrazón y la codicia superen a la solidaridad, sostenibilidad, la igualdad de oportunidades e inclusión, elementos tan necesarios para una economía más justa y garante de un verdadero progreso.

Es por esta razón que la UE lleva ya años apostando por el impulso de un crecimiento más inteligente, sostenible e integrador, y tras las recientes crisis por una recuperación donde como dice la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, nadie quede atrás. En definitiva, una apuesta clara por una economía del conocimiento y con valores.

En efecto, la reciente crisis que venimos padeciendo derivada de la pandemia del COVID ha evidenciado que aquellas economías basadas en el conocimiento, y que más cuidan los pilares del llamado Estado del Bienestar: educación, sanidad y protección social, son las que muestran una mayor y mejor capacidad a la hora de afrontar las terribles consecuencias que esta supone.

Es en este punto donde conviene recordar que, dado que el conocimiento y la formación en valores son un claro dominio del ámbito universitario, el papel de las universidades se hace en este contexto central. También la observación de lo que viene sucediendo en las economías más desarrolladas, donde el papel de los campus universitarios ha sido fundamental en la creación de ecosistemas y entornos emprendedores donde spin-offs y start-ups basadas en el conocimiento generado, y que por tanto hacen un uso más intensivo de él, han sido determinantes para el avance tecnológico, y verdaderos catalizadores de algunas de las hoy compañías que a escala global lideran la transición digital y verde.

Pero debemos insistir que siendo ello necesario, no es por sí solo suficiente si queremos un verdadero progreso con un crecimiento sostenible e inclusivo, esto es, una economía que sirva a las personas. Ello requiere, como nos decía el Premio Nobel y otros muchos expertos en desarrollo, de una economía impregnada de valores donde no solo el conocimiento científico y tecnológico, sino la formación en un sentido más amplio y la cultura emprendedora y en valores cumplan un papel fundamental. Algunos estudios como el que recientemente presentó Crue Universidades Españolas elaborados por el IVIE, testimonian la valiosa contribución que también en ese orden puede suponer la actividad universitaria.

Y ya en este punto indicar que, en España, también podemos comprobar que las universidades son un entorno muy favorable para todo ello. Hoy una buena parte del emprendimiento, más del 40% proviene de universitarios, pero además podemos afirmar que es de mayor calidad, en términos de innovación, intensidad tecnológica, e internacionalización, como muestra entre otros uno de los estudios publicados por el CISE hace unos pocos años bajo el título de “el emprendimiento en el sistema universitario”, donde si bien se centra en el caso de las universidades valencianas, es en nuestra opinión perfectamente extrapolable al conjunto del país y de la UE, y quiero pensar también tras la lectura del estudio del IVIE antes mencionado, que también con valores.

Todo ello nos lleva a sostener que las universidades son un valioso instrumento para impulsar mediante el emprendimiento con spin-offs y start-ups una economía del conocimiento y con valores capaz de llevarnos ese crecimiento inteligente, sostenible e integrador y, en definitiva, lograr esa aspiración de la que nos hablaba a principios de este siglo uno de nuestros grandes economistas y escritores José Luis Sampedro, un mercado más ordenado y una sociedad de verdadero progreso y más justa, donde se cumpla aquel lema que se acuñó en el Foro de Porto Alegre de “Otro mundo es posible”.

El profesor de la Universidad de Harvard Harry R. Lewis, en su obra “Excelencia sin alma” nos habla con una mirada diferente y crítica sobre la llamada excelencia académica, algo que quieren reflejar los ránquines universitarios más conocidos, y que claramente resultan insuficientes para verificar si realmente las universidades son realmente transformadoras de la sociedad como deberían serlo, y atienden bien a su misión central de educar y formar personas con valores y de un modo integral.

Por último, señalar que es por ello de agradecer que en la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) que va a llevar el Gobierno español para su debate y aprobación por la Cortes en breve, se nos recuerde que entre las funciones del sistema universitario está “la contribución al bienestar social, al progreso económico y a la cohesión de la sociedad y del entorno territorial en que estén insertas, a través de la formación, la investigación, la transferencia de conocimiento y la cultura del emprendimiento, tanto individual como colectivo, a partir de fórmulas societarias convencionales o de economía social”.

Esta última referencia a la economía social testimonia la necesidad y el interés en avanzar en un nuevo modelo económico más abierto y plural, con valores y más centrado en las personas y en el interés general, para lo que las organizaciones que conforman este sector pueden ser especialmente relevantes. Debemos recodar qué es lo que ha llevado a que la Comisión aprobara un Plan de Acción Europeo para la Economía Social, que desde luego nos invita a reflexionar sobre la necesidad de políticas de impulso en el ecosistema emprendedor universitario de fórmulas basadas en la economía social.

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